Así como San Francisco y Nueva Orleans tienen sus tranvías estrepitosos, retrocesos a otra época, Río tiene sus propios tranvías, el tren Bonde.
Ellos antes solo cruzaban la ciudad. Pero hoy en día, la última línea de tranvía de Río de Janeiro se extiende desde el Centro a través del encantador barrio de Santa Teresa y la espalda, conjurando visiones de los días pasados, incluso hay un museo de trenes Bonde, Museu do Bonde, si usted se encuentra jonesing puede tomar una lección de historia. En caso de que no lo hacen allí, los trenes se iniciaron en 1865 y originalmente fueron tirados por burros. Los trenes se llaman Bondes desde que los primeros trenes eléctricos fueron financiadas por un bono público.
Si has visto la película clásica, Orfeo Negro, usted sabe que Orfeo trabajó como director de orquesta en un tren Bonde. Traqueteo ubicua del bondinho por las calles empedradas de Santa Teresa le dan una sensación única en la actual Río. Cuesta menos de un dólar al experimentar esta pequeña máquina del tiempo, pero los niños que corren al lado del tren y cuelgan en el carril subir y bajar a voluntad, montar los estribos de forma gratuita.
Los Bondes salen cada 30 minutos del Centro y se desplazan a lo largo de dos rutas. Ambos pasan sobre el Arcos da Lapa y la cabeza en el corazón del bohemio de Santa Teresa.
Voy a escribir más sobre Santa Teresa en otro momento, porque me encanta y no hay mucho que explorar allí. Usted puede haber oído que era la casa del ladrón de trenes británico Ronnie Biggs durante muchos años. Bohemia hasta la médula, de Santa Teresa está llena de personajes, incluyendo a artistas, escritores, fotógrafos y otras personas que anhelan un auténtico sentido de lugar, está lleno de grandes restaurantes, hermosas casas y B-y-B de donde te puedes quedar, como Casa Mango Mango. Si usted decide quedarse allí, decir hola a Julie para mí, una visita a Santa Teresa es una visita obligada en su viaje a Río. Y viajar en el tren Bonde es su boleto a una época pasada.
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